Todo comenzó con el interés de querer escribir sobre las comunicaciones organizacionales, empresariales y estratégicas. La tesis de grado estaba enfocada hacia ese aspecto de las investigaciones, para obtener el grado académico necesario; sin embargo, todo se torció y se abrió una puerta por la cual no se dejó de avanzar y, ahora, los hechos se presentan para comenzar a reflexionar en qué estamos metidos desde muy, muy atrás.
Pasó de todo, desde esa época hasta este presente reciente, y en esto del control en mi nación y los gobiernos que se suceden en pos de dirigir el rumbo del país, se presentó la trama investigativa de a la “Operación Huracán”. Nombre con que se conoce a un operativo investigativo policial iniciado por Carabineros de Chile bajo el amparo de la Ley de Inteligencia, que en septiembre de 2017 condujo a la detención de ocho comuneros mapuches supuestamente involucrados en una asociación ilícita terrorista en el sur de Chile, asociados con la cúpula de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM) y Weichan Auka Mapu.
En todo este caso, lo importante y gravitante para este periodista es la utilización de la mensajería de texto, privada, Whatsapp; las vacaciones tomadas por el general de carabineros Bruno Villalobos, entre el 26 y 31 de enero de 2018, el programa de hackeo “Antorcha”, creado por el señor Alex Smith y la eterna situación de conflicto entre la Autoridad Central (Estado y gobiernos de turno) y la Zona de la Araucanía.
Es muy peculiar que autoridades, policías, servicios de investigaciones, persecutores de la ley, grupos disidentes y cuanta persona necesite establecer comunicaciones de carácter privado y estratégico, utilicen la plataforma gratis de Whatsapp. También, es llamativo que en la crisis institucional de carabineros por la “Operación Huracán”, el general director se dirija hacia otro país declarando utilización de vacaciones. Impresionante fue la toma de razón, para con un programa de intervención digital “Antorcha”, él cual no era tal y que su creador solo tenía un carácter de distractor, el señor Alex Smith. Por último y en una constante situación de distorsión del control y el orden institucional, está la zona de la Araucanía, situada a 700 kilómetros, al sur de Santiago de Chile.
Esta preocupación está dirigida más allá de nuestras fronteras digitales, territoriales, reflexivas y étnicas. ¿Quiénes buscan que el Estado de Chile sea un ente represor y opresor de una región en particular? ¿Hasta dónde llega la ignorancia o el deliberado oscurantismo en la intervención de las comunicaciones? ¿Nuestras autoridades obedecen a otras dominaciones? ¿Debemos penetrar, aún más, en las comunicaciones digitales y tener más de una plataforma para comunicarnos?
Todas estas interrogantes, emanadas de una ansiedad –brutal- de la vulnerabilidad de mi sociedad, son para elevar una condición de protección que yo no veo –activa- en la práctica y, a cada momento, existe alguna institución que padece de la vulneración (filtración) de su delicada comunicación. Observándose con claridad como pierden el control, total, de lo que pensaban dominado sin ninguna intervención.
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